Tecnología sostenible, el futuro está aquí
La tecnología sostenible es una de las tendencias tecnológicas estratégicas que influirá, a corto y medio plazo, en las políticas corporativas en materia de sostenibilidad y sustentabilidad. Más si cabe teniendo en cuenta el incremento de los riesgos ambientales, así como la creciente preocupación sobre los factores críticos relacionados con esta materia, por parte de los diferentes gobiernos, organismos e instituciones internacionales.
Ante esta situación, la implementación de tecnologías de automatización, Inteligencia Artificial (IA), servicios en la nube, gestión documental y análisis avanzado a nivel empresarial se erige como la opción más idónea. El principal motivo es porque contribuyen a avanzar en la consecución de buenos resultados a nivel de ESG (en inglés, Environment, Social and Governance), lo que a su vez redunda en una mejora del posicionamiento de la empresa en el mercado a largo plazo, potencia su resiliencia y mitiga el nivel de riesgo.
Por todo ello, a continuación, analizamos con más detalle en qué consiste la tecnología sostenible, así como las principales soluciones englobadas dentro de ella, con la finalidad de concienciar a las empresas sobre el peso que puede llegar a tener el factor sostenibilidad, dentro de sus políticas o programas corporativos.
Cómo hemos llegado hasta aquí
Un diagnóstico clínico es el procedimiento mediante el cual el profesional de la salud identifica una enfermedad o el estado de salud de un paciente, con la ayuda de diversas herramientas y técnicas que le permiten determinar su cuadro clínico. Si extrapoláramos este concepto al entorno natural que nos rodea, detectaríamos diferentes signos clínicos como la deforestación, el agotamiento de los recursos naturales, la contaminación o la mala calidad del aire y del agua. Un tipo de afecciones que requieren de un tratamiento de choque, compuesto por un conjunto de medidas correctivas, destinado a mitigar el impacto de los riesgos ambientales y a mejorar, en la medida de lo posible, el estado de salud del planeta.
Así las cosas, y tal como apuntábamos al comienzo de esta publicación, diferentes organismos e instituciones internacionales han tomado cartas en el asunto, con la finalidad de tratar de paliar la situación climática y medioambiental que, desde tiempo atrás, afecta al planeta. Un ejemplo lo encontramos en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que, en el año 2015 y durante la celebración de su Asamblea General que reúne a los 193 Estados miembros, aprobó la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Un plan de acción compuesto por 17 objetivos y 169 metas de carácter integrado e indivisible que abarcan las esferas económica, social y ambiental.
Asimismo, otro ejemplo lo encontramos en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, también conocida como Cumbre del Clima, la cual ha sido escenario de múltiples acuerdos por parte de los más de 200 países que participan en ella, con la finalidad de limitar los principales agentes causantes del calentamiento global.
Este escenario ha conllevado que las empresas se vuelvan progresivamente más proclives a adoptar políticas de desarrollo sostenible o de sostenibilidad, con las que buscan proteger su futuro, así como demostrar a sus clientes y empleados su compromiso con esta causa. Una prueba de que los equipos directivos son cada vez más conscientes del papel que juegan las medidas en materia de sostenibilidad es que el 78 % de las compañías españolas mencionan los ODS en sus informes anuales, frente a la media internacional que representa el 72 %, según el estudio Las empresas y el desafío de los ODS, publicado por PwC.
No obstante, es conveniente que las empresas pasen de las palabras a los hechos, estableciendo objetivos concretos y cuantificables que permitan lograr resultados, tanto a nivel cualitativo como cuantitativo. En este sentido, uno de los medios que mejor puede ayudar a las empresas a cumplir con los ODS es la tecnología. La Inteligencia Artificial, la automatización, el análisis del Big Data, el Procesamiento Inteligente de Documentos (IDP), el Blockchain o el Internet de las Cosas (IoT) son algunas de las opciones que tienen una aplicación directa en el ámbito empresarial, de cara a lograr un modelo de negocio sostenible, las cuales, a continuación, analizaremos.
Tecnología sostenible al alcance de todas las empresas
El concepto de sostenibilidad empresarial hace referencia a toda aquella empresa que crea valor económico, social y medioambiental, a medio y largo plazo, para contribuir al bienestar de las comunidades donde opera y de las generaciones futuras. Para lograr tal fin es necesaria la implementación de tecnologías, que faciliten el cumplimiento y la medición de los objetivos establecidos dentro del plan de sostenibilidad empresarial, como las que analizaremos en las siguientes líneas.
1. Inteligencia Artificial:
Según un estudio publicado por la prestigiosa revista científica Nature, la IA puede facilitar el cumplimiento del 79 % de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), “generalmente a través de una mejora tecnológica, que puede ayudar a superar ciertas limitaciones actuales”. Concretamente, para el grupo de ODS relacionado con el medio ambiente (acción climática, vida submarina y vida terrestre) el equipo de científicos de la revista Nature responsable del estudio titulado The role of artificial intelligence in achieving the Sustainable Development Goals identificó “25 objetivos (93 %) para los cuales la IA podría actuar como facilitador”. Así, los beneficios de la IA podrían abarcar desde:
- Respaldar la comprensión sobre el cambio climático y la modelización de sus posibles impactos.
- Apoyar a los sistemas energéticos bajos en carbono, con una alta integración de las energías renovables y la eficiencia energética, necesarios para abordar el cambio climático.
- Preservar y mejorar la salud de los ecosistemas, empleando para ello algoritmos que permitan detectar, por ejemplo, posibles fugas de petróleo.
- Utilizar las redes neuronales y las técnicas orientadas a objetivos, para identificar tendencias de desertificación en grandes áreas.
2. Automatización:
La automatización es un tipo de tecnología que siempre ha estado relacionada con beneficios como el incremento de la productividad, mayor flexibilidad, reducción de costes y mayor control, gracias a la recopilación de datos de forma precisa y en tiempo real. Sin embargo, su contribución a la sostenibilidad quizá sea una de sus ventajas menos conocidas, respecto a las anteriores, a pesar del protagonismo creciente que está adquiriendo como una de las soluciones tecnológicas más demandas en los últimos años por las empresas, para acometer su transformación digital.
Así las cosas, la automatización se puede aplicar en un gran número de áreas funcionales, con la finalidad de impulsar la sostenibilidad y mejorar el desempeño de los ESG. Algunos ejemplos los encontramos en la optimización de los procesos ineficientes en la cadena de suministro, la reducción o supresión del uso de papel, y aprovechar todo el potencial de los datos recopilados y utilizarlos para medir el nivel de cumplimiento de la estrategia medioambiental.
3.Cloud:
La nube ha supuesto un cambio de paradigma a nivel de los sistemas de información, de gran relevancia y valor para el área de negocio. La combinación de esta tecnología junto a otras como la Inteligencia Artificial (IA), el Internet de las cosas y el Blockchain, ofrece miles de posibilidades para crecer, ahorrar tiempo o recursos y, además, hacerlo de forma sostenible y sustentable.
No obstante, la nube por sí sola tiene muchos beneficios que ofrecer a las empresas, como la flexibilidad a la hora de ampliar o reducir su capacidad de almacenamiento a nivel de estructura, mayor control de costes, mejor acceso a la innovación con un grado de implementación más ágil, incremento de los niveles de seguridad en el acceso y protección de la información o, también, construcción de aplicaciones a partir de los datos almacenados en la nube.
Ahora bien, ¿cómo puede contribuir el cloud en las políticas de sostenibilidad de una compañía? Aunque existen diferentes enfoques de migración al Cloud (los más comunes son Re-hosting, Refactor y Re-platform), en líneas generales todos ellos contribuyen a la reducción de emisiones de carbono procedentes de tecnologías de la información. Según el informe The Green Behind The Cloud publicado por Accenture «las migraciones iniciales pueden reducir las emisiones de carbono en más de un 84 %, en comparación con la infraestructura convencional”. Además, “las reducciones pueden incrementarse hasta un 98 %, mediante el diseño de aplicaciones específicas para la nube”. Por todo ello, la magnitud de la reducción de carbono lograda con la adopción de la nube puede contribuir al cumplimiento de los compromisos relacionados con el cambio climático, además de servir de motor para la innovación empresarial.
4.IoT:
El Internet de las cosas y su impacto en la sostenibilidad es evidente. Esta tecnología hace referencia a los sistemas de aquellos dispositivos físicos que reciben y transfieren datos en tiempo real, por medio de las redes inalámbricas, con una mínima intervención humana.
A nivel práctico, su aplicación en el sector industrial abarca la gestión automatizada de todos los equipos de producción, que se pueden controlar de forma remota; el mantenimiento predictivo destinado a detectar con antelación anomalías en el funcionamiento y posibles defectos en los equipos y procesos industriales; y, también la mejora de las condiciones de seguridad en la instalaciones o plantas de producción como la calidad del aire, control de accesos, detección de accidentes en tiempo real y su notificación automática.
No obstante, esta tecnología también dispone de múltiples aplicaciones a la hora de impulsar la sostenibilidad empresarial. Tanto es así, que puede servir para dar respuesta a problemas de eficiencia energética, anticipando la demanda con meses de antelación; e, incluso, realizar un uso más eficiente del agua, a partir del análisis en tiempo real de los datos captados por sensores instalados en zonas agrícolas, permitiendo saber en qué momento y en qué áreas es necesario regar y en cuáles no.
